Es
indudable la influencia de la mitología griega en una obra maestra de nuestros
tiempos: la grandiosa saga de Harry Potter. Hayamos seguido de cerca o no la
historia del pequeño mago, todos hemos oído hablar alguna vez de "el niño
que sobrevivió", y todos conocemos "al que no debe ser
nombrado". Una saga como esta tenía que estar por supuesto repleta de
seres sobrenaturales, ya sean buenos o malvados, pues es un relato lleno de
magia. Pero lo cierto es, que muchos de estos seres no son nuevos; aquel que
sepa algo de mitología en seguida se habrá dado cuenta de cómo JK. Rowling pone
al mago a luchar contra enemigos que nos resultan ya muy familiares, y de
los cuales muchos provienen de una mitología muy conocida: La mitología griega.
Y así advertimos que Fluffy, el basilisco y las sirenas, entre otros seres,
eran también una amenaza para los antiguos griegos.
Fluffy: Perro de tres cabezas que aparece en "Harry
Potter y la Piedra Filosofal" (primera película de la saga), guardando
este mismo obsequio. Fue criado por Hagrid, el guarda bosques del colegio
Howarts, el cual asegura que se lo compró a un griego. En la película, Harry y
sus amigos consiguen dormirlo tocando música con un arpa (ya sabemos que
"la música amansa a las fieras"), y a continuación entran en la
trampilla que este custodiaba.
En la mitología griega, Cerbero es un perro de tres cabezas
que guarda las puertas del Hades. Varios héroes han conseguido burlarlo. Uno de
ellos fue Orfeo, quien lo durmió gracias a su habilidad musical.
Basilisco: Serpiente gigante que acecha Howarts en
"Harry Potter y la Cámara Secreta" (segunda película de la saga),
petrificando y asesinando a los habitantes del colegio. En la película se dice
que el primer basilisco fue criado por Herpo el Loco, un mago de Grecia que
hablaba pársel (lenguaje de las serpientes). Hermione encuentra en un libro de
la biblioteca la siguiente información, que describe a este animal:
«De las muchas bestias pavorosas y monstruos
terribles que vagan por nuestra tierra, no hay ninguna más sorprendente ni más
letal que el basilisco, conocido como el rey de las serpientes. Esta serpiente,
que puede alcanzar un tamaño gigantesco y cuya vida dura varios siglos, nace de
un huevo de gallina empollado por un sapo. Sus métodos de matar son de lo más
extraordinario, pues además de sus colmillos mortalmente venenosos, el
basilisco mata con la mirada, y todos cuantos fijaren su vista en el brillo de
sus ojos han de sufrir instantánea muerte. Las arañas huyen del basilisco, pues
es éste su mortal enemigo, y el basilisco huye sólo del canto del gallo, que
para él es mortal.»
Puede ser controlado por quien hable pársel, pero depende
de la relación que tenga con el hablante, pues a Harry no hacía caso, mientras
que obedecía a Tom Ryddle. Algunos personajes de la película quedan
petrificados en lugar de muertos, pues miraron al basilisco a través de
cámaras, gafas, espejos, etc.
En la mitología griega, el basilisco es descrito como una
pequeña serpiente que puede matar con la mirada, considerado rey de las
serpientes. Sus características han variado a lo largo de los años. En el siglo VIII, era considerado una serpiente dotada de una cresta con forma de corona o mitra en su cabeza,
siendo el animal en sí de tamaño variado. Nacía de un huevo de serpiente
o sapo empollado por una gallina, lo opuesto al cocatriz, que según se decía nacía de un huevo de gallina
empollado por un sapo. Más tarde, sin embargo, los rasgos de ambas criaturas
comenzaron a ser indistinguibles.
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