domingo, 4 de noviembre de 2012

Odiseo

Viendo las muchas caras que presenta Odiseo, he decidido analizar la personalidad de este héroe.
"Ulises. Nombre latino de Odiseo, rey de Ítaca y gran héroe y protagonista de la obra. Hijo de Anticlea y Laertes (o, según otras versiones, de Sísifo), tuvo un activo protagonismo en la guerra de Troya. Concluida esta, Ulises sufre una larga y accidentada travesía por todo el Mediterráneo hasta que consigue regresar a su reino y reunirse con su espoa, por los que siente una gran añoranza". Es así como lo describe el glosario de personajes del libro Las aventuras de Ulises, Vicens Vivens. Como vemos, el nombre más común para designarlo es Ulises, su nombre latino, pues es así como lo conocen aquellos que no han leído la Odisea o que tienen escasos conocimientos de mitología griega.
En la descripción no se le atribuye ninguna cualidad negativa, y quizás no aparezca ninguna en el libro (no lo he leído aún, pero lo haré más adelante para estudiar la versión infantil), pero quien lea otras versiones de la Odisea, como la de José Luis Calvo (Cátedra), verá que Odiseo es más humano que héroe, y que no todas sus cualidades son buenas. Empezaremos analizando atributos positivos.
A diferencia de otros héroes como Aquiles, al protagonista de la Odisea no solo lo caracteriza la fuerza bruta, sino también la inteligencia. Y es que, como bien dice el refrán, "más vale maña que fuerza". Y este héroe cuenta con ambas.
Vemos como en esta obra también se apremia el trabajo, pues el mismo Odiseo se ufana en varias ocasiones de ser un buen labrador. Un ejemplo lo encontramos en estas palabras "Eurímaco, si tú yo rivalizaramos en el trabajo durante el verano, cuando los días son largos, en la siega del heno y yo tuviera una bien curvada hoz y tú otra igual y tú otra igual para ponernos al trabajo sin comer hasta el crepúsculo -y hubiera hierba-, o si hubiera dos bueyes que arrear, los mejores bueyes, rojizos y grandes, saciados ambos de heno, de igual edad y peso, nada endebles de fortaleza, y hubiera un campo de cuatro fanegas y cediera el terrón al arado... entonces verías si soy capaz de tirar un surco bien derecho". (pág. 316, La Odisea, José Luis Calvo, Cátedra) En estos versos Odiseo presume de ser un hombre virtuoso tanto en  la agricultura como en la ganadería, además de en la guerra (como dirá en los versos posteriores). Frente al laborioso Odiseo encontramos a los pretendientes, de vida ociosa y negativa, que devoran la comida y se sustentan de las riquezas del héroe sin necesidad de trabajar para ganarse la vida. Este exceso de ocio será castigado finalmente con la muerte.

Como cualidades negativas encontramos una gran dependencia de los dioses y seres sobrenaturales. Odiseo no puede superar nunca sus obstáculos sin la ayuda de Atenea, que tantas veces le soluciona los problemas. Es ella quien se ocupa de Telémaco, quien pide a los dioses que su protegido vuelva a casa, quien le da múltiples aspectos, y quien planea la matanza de los pretendientes. Sin la sobreprotección de esta diosa, Odiseo probablemente no sería ni siquiera un héroe, pues su inteligencia le viene dada por ella, así como su fuerza (ya vemos como le dio una fuerza extraordinaria al pelear con el mendigo Iro). Una evidencia de que Odiseo sin la diosa no es más que un humano corriente la encontramos en que este no es capaz de salir por sí mismo de la isla de Circe, que lo mantiene retenido durante años hasta que Atenea manda a los dioses que lo liberen. Y en varias ocasiones el héroe recurre a la diosa para pedir ayuda, así como para consultar qué hacer.
Otra gran ayudante es la hechicera Circe, que al principio aparece como malvada, y en muchas descripciones es llama "la terrible diosa", pero que también lo ayuda varias veces (por ejemplo, le predice el encuentro con las sirenas, y le da pautas para superar este peligro).
Y también la diosa marina, que le revela cómo salir de la isla en la que estaba encerrado.
Y a pesar de esta dependencia, Odiseo se ufana de ser un ser divino, un sufridor que ha superado peligros (todos ellos con ayuda de dioses, pues el héroe nunca hace nada por sí solo, como decía antes). Al relatar sus historias siempre se presenta como un ser muy inteligente y fuerte, y se nombra a sí mismo como "Odiseo, el divino". Incluso cuando se hace pasar por mendigo, es arrogante y soberbio con los pretendientes y las siervas, en lugar de contenerse. Actúa de modo temerario durante toda la obra (desde cegar al hijo del poderoso Poseidón hasta provocar la ira de los pretendientes), pues sabe que tiene de su lado a Atenea, que lo salvaguarda en todo momento.
En conclusión, Odiseo es un héroe distinto de los demás, con una fuerza e inteligencia que no son propias, sino dadas por seres sobrenaturales que en todo momento lo protegen.

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